Control del valor de la CE y gestión del drenaje
La conductividad eléctrica (valor CE) del agua es un indicador significativo de la concentración de sales disueltas (iones) en una solución nutritiva y se da en Siemens por metro (S/m) o, en el caso de los aparatos de medición, a menudo en mS/cm. La conductividad del agua depende de su contenido en sales: a mayor concentración de sales, mayor conductividad. Como los abonos minerales están formados principalmente por sales, su concentración en el agua es fácil de medir, lo que tiene gran importancia para el cultivo de plantas.
A modo de comparación: el agua destilada tiene un valor de CE de 0,00005 mS/cm, mientras que el agua del grifo ronda los 0,5 mS y el agua de mar tiene un valor de 50 mS. Si el valor de CE del agua del grifo de tu región es superior a 0,5 mS/cm, hay que purificar el agua antes de utilizarla, idealmente mediante un sistema de ósmosis inversa. Estos filtros eliminan alrededor del 95% de las sustancias disueltas para que puedas ajustar de forma óptima la composición de las sales contenidas en el agua a las necesidades de tus plantas añadiendo fertilizantes. Antes de añadir el abono, el agua de ósmosis debe llevarse a un valor de CE de 0,2-0,4 con agua del grifo, ya que éste es el valor de partida ideal para las soluciones nutritivas.
Para determinar el valor CE del agua del grifo de tu ciudad, puedes utilizar aparatos de medición o consultar el sitio web de la empresa municipal de servicios públicos responsable. Por ejemplo, el valor de CE del agua del grifo en Berlín es de 0,802 mS/cm.
La conductividad eléctrica depende de la temperatura, pero los instrumentos de medición de alta calidad la compensan automáticamente.
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Con los medidores APERA obtienes resultados fiables, independientemente de las fluctuaciones de temperatura. Para los distintos métodos de cultivo, como el coco, la lana de roca, la arcilla expandida o los sistemas aeropónicos, es esencial comprobar y controlar regularmente el valor de la CE.
Mientras que la tierra como medio de cultivo tiene un efecto amortiguador y puede almacenar minerales, esta propiedad falta en el coco, la lana de roca, la arcilla expandida o los métodos de cultivo aeropónicos. Por lo tanto, comprobar regularmente el valor de la CE es importante cuando se cultiva en tierra, ¡e incluso esencial para otros métodos de cultivo!
Un valor demasiado bajo puede provocar una infrafertilización, mientras que un valor demasiado alto puede provocar una sobrefertilización, con las consiguientes quemaduras, interacciones y, en el peor de los casos, la muerte de la planta. Por tanto, hay que abonar con cuidado, en caso de duda más bien poco que demasiado.
Medir el valor de CE en sistemas hidropónicos o aeropónicos es relativamente fácil, mientras que es más difícil en tierra o coco. Un valor demasiado alto puede provocar la salinización del suelo, lo que dificulta la absorción de nutrientes por parte de la planta.
Para determinar el valor de CE del suelo, mide el agua de drenaje que sale de la maceta al regar. Este valor se calcula con la función conductividad deseada de la solución nutritiva. Si el valor del agua de drenaje es superior al deseado, el medio de cultivo debe lavarse con tres veces el tamaño de la maceta de agua no fertilizada con un valor de pH de 6, ya que los minerales se disuelven mejor a este valor.
Luego vuelve a medir y repite el proceso si es necesario.
En general, la conductividad del agua de drenaje no debe ser superior a 2,5 cuando se cultiva en coco o hidropónicamente, ni superior a 2,3 cuando se cultiva en tierra. Estos valores representan el máximo. Sólo las plantas que necesitan mucho abono deben abonarse hasta estos límites. Los valores pueden variar mucho según la especie vegetal. Por tanto, es aconsejable informarse detalladamente sobre la planta respectiva.
Tras el aclarado, las raíces deberían recuperarse con relativa rapidez y se puede continuar con una fertilización moderada. Es importante comprobar regularmente el valor CE para detectar posibles problemas en una fase temprana y poder tomar las medidas adecuadas. Un control cuidadoso del suministro de nutrientes contribuye decisivamente a fomentar y mantener el crecimiento y la salud de tus plantas.
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